Monday, 4 February 2008

Una segunda oportunidad sobre la Tierra

No sé aún si García Márquez sea un placer culpable o no. Desconfío de la literatura que se vende en descuento, porque si lees lo mismo que los demás, terminas pensando como los demás. Pero García Márquez... no es tan exclusivo como el Gran Cronopio o tan difícil como Borges, y hay películas de sus libros, y Fidel Castro, y tantos inconvenientes para sentirse snob y darse cuenta de que todo lo que ha escrito se parece tanto que no creo que sean varios libros, sino un solo cuento repetitivo y sin final.

Disclaimer apart, leí Cien años de soledad otra vez, como siempre, para entender. La primera vez que lo hice, fue una edición de Sudamericana que me hizo abrir un mundo adecuado a esos años en los que vivía de soñar. Ahora no sueño tanto, me he contagiado del virus de la realidad por tantos amores rotos, por tanto cambio de país, por tanto que es injusto y tan poco que lo es.

Y aquí lo que me encantó del Señor de los Adjetivos, sin orden ni comentario, sólo por el placer estético de tomar un sorbo de café y masticar su narrativa:

El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo (acerca de Macondo).

Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón (acerca de Pilar Ternera).

El coronel Aureliano Buendía apenas si comprendió que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.

Ambas acciones habían sido una lucha a muerte entre un amor sin medidas y una cobardía invencible, y había triunfado finalmente el miedo irracional que Amaranta le tuvo siempre a su propio y atormentado corazón.

Era tan apremiante la pasión restaurada, que en más de una ocasión se miraron a los ojos cuando se disponían a comer, y sin decirse nada taparon los platos y se fueron a morirse de hambre y de amor en el dormitorio (acerca de Aureliano Segundo y Petra Cotes).

Tanta arbitrariedad tenía origen en el ejemplo del sabio catalán, para quien la sabiduría no valía la pena si no era posible servirse de ella para inventar una manera nueva de preparar los garbanzos.

Ah, García Márquez y sus premios, que a fin de cuentas se refieren a cuentos que huelen a plátano y a calor, a historias cíclicas, a amores de cataclismo, a tierra mojada, a muertos y a ríos que van a dar al mar ...y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.

1 comment:

Anonymous said...

Me quedo estático al conocer a alguien que comparte mis ideas, un tanto egoísta es mi percepción.

Como siempre uno piensa que al conducir el vehiculo propio, uno mismo es la mejor y mas confiable opción en el mercado. Un tanto egoísta sigue siendo pensar que los ideales de uno mismo son los que realmente valen, que el arte que uno aprecia es el realmente valioso.

Esto es tratar de no pretender nada cuando haces un blog tratando de expresar que esta es tu forma de ver la vida, que esta es la línea de preferencias que existen en tu vida, en fin… No pretender pretendiendo.

En lo personal me gusta transitar ante la vida de manera invisible, con mi alias japonés, en el cual me podría esconder toda la eternidad y seguir fluyendo ante mis pensamientos y la vida.

Gracias x tus palabras, tus explicaciones, tu paciencia para comprender lo que en mi es!, no puedo cambiarlo, no puedo disimularlo, lo que digo, pienso y me atrae, es el condensado de las experiencias pasadas y las visiones futuras que rondan en mi mente.

Slds.

Tetsuo S.